¿Quién dijo que las islas son sólo para el verano? Mallorca, nombre que por sí solo evoca aroma a Mediterráneo, es un paraíso durante todo el año, y aunque esa es la época elegida por la mayoría, también tiene su punto visitarla en otros momentos que nos presentan la cara más auténtica de la isla. Y es que Mallorca es mucho más que sol y playa y su clima benigno permite la práctica de infinidad de actividades a lo largo de todo el año.
Viajar a Mallorca fuera de temporada es también sinónimo de gastronomía, cultura, pueblos y paisajes, un aspecto que comprobó Lydia Valentín, una de las protagonistas de la 3ra temporada de Viajeras con B. ¿Nos acompañas a descubrirla?
Una mirada a la capital de Mallorca
Palma, capital de la isla, dispone de muchísimos atractivos culturales por descubrir, que en ocasiones en temporada alta pueden quedar en segundo plano en favor de sus playas. Sin ir más lejos, la Catedral de Palma es una de las catedrales góticas más admiradas en el mundo.
Conocida como La Seu, su construcción comenzó en 1226 y tardó casi 120 años en completarse, aunque en sucesivos siglos tuvo infinidad de intervenciones, entre las que destaca la de Antoni Gaudí, a inicios del siglo XX. Tiene la particularidad de tener el rosetón gótico más grande del mundo. Su interior es sencillamente impresionante.
La Lonja de Palma
Hablando de otras obras maestras del gótico, la Lonja de Palma es uno de los edificios civiles más célebres en este estilo. La antigua sede del Colegio de Mercaderes, que data del siglo XV, es una visita imprescindible en el barrio de la Lonja, una zona estupenda para disfrutar de la oferta gastronómica de la ciudad.
Castillo de Bellver
El Castell de Bellver es una de las construcciones más peculiares de Palma. Esta fortificación gótica del siglo XIV, está situada sobre una colina a más de 100 metros de altura, dominando el panorama de la bahía y de una parte de la isla. Dispone de un edificio de perfecta planta circular y cuatro torres orientadas a cada uno de los puntos cardinales. No está de más decirte que los atardeceres desde su mirador son inolvidables. Alberga el Museo de Historia de la Ciudad.
Paseo Marítimo
El Passeig Marítim de Palma es uno de los recorridos más bonitos para hacer en la ciudad, ya sea andando o en bicicleta. Bajo una hilera de palmeras, el paseo se extiende a lo largo de unos 4 kilómetros, y te deja a tiro de piedra de muchos lugares de interés como las ya mencionadas Catedral y Lonja, además del fastuoso Palacio Real de la Almudaina, una antigua fortificación árabe reconvertida a palacio.
Los Baños Árabes y las murallas del siglo XVI que rodean el Museo de Arte Contemporáneo de Es Baluard, son dignas de admirar desde el paseo, sin contar la omnipresente figura del Castillo de Bellver a lo lejos. Es un lugar ideal para una salida nocturna, una cena y unas copas en un pub.
Probar las mejores ensaimadas
Las ensaimadas, el producto estrella de Mallorca, están a la orden del día en todas las pastelerías, panaderías ¡y hasta bares! Una de las más famosas de Palma la encontrarás en Can Joan de S´Aigo (Barón de Santa María del Sepulcro 5), un establecimiento emblemático que se remonta al siglo XVIII.
Otros locales que no defraudan son el Fornet de la Soca (C/ Sant Jaume, 23), que apenas abrió sus puertas en 2011, la Pastelería Cladera (Avda Picasso nº66) o la pastelería artesanal Forn Fondo (Carrer Unió, 15), cuyo negocio comenzó en 1911.Para no hacer el turista, bien vale la pena acercarse a cualquiera de estos locales para degustar una ensaimada de muerte lenta.
Sierra de Tramuntana
Más allá de Palma de Mallorca hay muchísimo por ver y una de las visitas más emblemáticas es sin duda el Paraje Natural Serra de Tramuntana. Situada al norte de la isla, esta alineación montañosa de 90 Km de longitud, consta de al menos una docena de picos que superan los 1.000 metros, pequeños pueblos encantadores de arquitectura singular, bosques, pinares y cultivos de almendras y olivos. La diversidad es abrumadora.
La mejor forma de recorrer el parque declarado Patrimonio Mundial de la Unesco es en coche, aunque también hay varios senderos para descubrir la Tramuntana. Algunas de las playas más famosas de Mallorca están en el corazón de la Tramuntana, como Sa Calobra, el Torrent de Pareis y Cala Tuent, situada a los pies del Puig Major.
Ruta de pueblos en Mallorca
Ya puestos a conducir un coche, una ruta de pueblos por Mallorca es un plan perfecto para un día. Apunta los siguientes rincones que te sorprenderán. Alcudia es uno de los pueblos más bonitos de la isla, con un interesante casco histórico de murallas templarias (no dejes de hacer el camino de ronda), restos romanos, un precioso puerto deportivo y playas paradisíacas.
Valldemossa es uno de los destinos top fuera de temporada. El alma de la Tramuntana se respira en este pueblo, lejos de las playas y el ajetreo donde el paisaje cambia radicalmente. Descubre sus empinadas calles de piedra y casas señoriales con sus características ventanas verdes, rodeadas por un entorno de cultivos de olivo, uno de sus grandes reclamos.
Más hacia el norte, también por la sierra, encontrarás Sóller, un coqueto pueblo que acoge la antiquísima iglesia de San Bartolomé, que data del siglo XIII. Destaca por sus edificios modernistas, sus cultivos de cítricos y su animada Plaza de la Constitución. Se puede llegar desde Palma en tren – toda una experiencia turística- y puedes usar el tranvía para llegar hasta el Puerto de Sóller y visitar la costa.
A continuación encontrarás Fornalutx, otro auténtico pueblo de montaña que rebosa encanto rústico. Con más de 1.000 años de antigüedad, su buena conservación es uno de sus principales reclamos, así como su ayuntamiento, sus calles adoquinadas, fachadas de piedra y locales singulares
Formentor, para un atardecer de Instagram
La punta norte de Mallorca esconde lugares sacados de otro mundo y el Cabo de Formentor es uno de ellos. El punto donde la Sierra de Tramuntana se da la mano con el Mediterráneo es de visita obligada si quieres descubrir una península con acantilados de escándalo y miradores con vistas a paisajes a años luz del ajetreo turístico.
Apenas unas pocas casas se encuentran hacia la parte sur de la península, no muy lejos del emblemático Hotel Formentor, que llegó a contar entre sus huéspedes a personalidades como Chaplin o Winston Churchill. El torreón situado en la Talaia d’Albercutx o el Faro de Formentor, situado en la punta extrema del cabo, son dos lugares ideales para disfrutar de uno de los mejores atardeceres que conocerás.